Mujeres por el agua: La resistencia de una lucha vital por la vida
Autores: Maximiliano Cortés Oyanedel – Pamela Díaz Márquez – Lorena Donaire Cataldo – Carolina Maldonado Pinto – Cristina Ruiz Montegro
La lucha por el agua en Chile ha sido un sacrifico y una pelea constante para quienes defienden y protegen este bien natural común, un sacrificio que incluso ha llegado a poner en peligro la vida de las y los activistas ambientales. Sin embargo, hacer del agua un Derecho Humano en Chile es una batalla que ni la pandemia ha logrado parar.
Propiedad privada del agua: La prioridad del uso es para las empresas
Chile es el único país en el mundo que tiene sus fuentes de agua privatizadas, así lo manifestó un estudio del Centro de Derecho y Gestión del Agua de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) que determinó que entre 92 constituciones la chilena es la única que estipula la propiedad privada del agua.
“Los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos”, aclara la Constitución de 1980 fraguada en la dictadura de Augusto Pinochet.
Al año siguiente, en 1981 se crea el “Código de Aguas” que establece la entrega del agua a privados a través de Derechos de Aprovechamiento de Aguas (DAA). Esta situación finalmente nos posiciona como un país donde las fuentes de agua no se encuentran a disposición del bien común de la población, e incluso donde la prioridad de uso es para las empresas en desmedro de los territorios.
Según el Centro de Producción del Espacio de la Universidad de Las Américas (UDLA) “De los 29.001 titulares que poseen derecho de aguas consuntivos, El 1% concentraría el 79,02% del volumen total disponible en el sistema nacional”.
“La privatización de un bien común es el inicio de la vulneración de muchos derechos humanos fundamentales y no humanos”, explica la vocera y fundadora de las Mujeres del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Mujeres Modatima), Lorena Donaire.
Es así como debido a la necesidad de defender y recuperar el agua para los territorios es que emergen liderazgos a nivel nacional que trabajan hace décadas para poder consagrar el acceso al agua como un Derecho Humano y no su propiedad privada, como Mujeres Modatima que nace en la provincia Petorca, el epicentro de la violación de del Derecho Humano al Agua, localidad atacada por la ferocidad del monocultivo de palta o aguacate, la cual tiene prioridad de uso de agua por sobre las comunidades y además por su uso desmedido sobreexplota las cuencas, los ríos, etc.
“La privatización, es uno de los instrumentos más violentos del patriarcado, que simplemente tiene objetivos de dominación, no sólo sobre el agua, sino también de los cuerpos de agua, a tal punto, que hoy en día se están rematando muchos ríos, humedales, etc. Cuerpas de agua que luego, sirven para enriquecer a unos pocos, que en su mayoría son extranjeros. Esto debe acabar, no podemos seguir pagando como pueblos latinoamericanos, el costo de la colonización y Neo colonización, pagando el costo del enriquecimiento de otros, mientras se vulneran todos nuestros derechos”, comenta Donaire.

Desde la sequía en los territorios las mujeres germinan para posicionar su liderazgo, promoviendo el peregrinaje por el agua y la articulación del tejido social para restaurar el medioambiente, y acompañarse entre ellas mismas en las instancias donde la falta de agua, la violencia o los problemas las acongoja.
“Ha sido fundamental el apoyo entre mujeres. Esto nos ha ayudado muchísimo, en apoyo a las acciones que tomamos en la lucha por la recuperación de los bienes comunes hemos dado una discusión necesaria como mujeres”, aclara la vocera de Mujeres Modatima.
Chile se seca, y si bien, el cambio climático ha afectado las prácticas tradicionales de las comunidades, no podemos excluir el panorama general del modelo de producción basado en la transformación de bienes comunes naturales en capital financiero. En el norte la minería, en el centro la agroindustria, en el sur las acuícolas, en el Wallmapu (territorio ancestral del pueblo Mapuche) la industria forestal, en la Patagonia el carbón, los hidrocarburos, hidroeléctricas y minería siendo la tercera reserva de agua dulce del país, todas en manos de inescrupulosos que ponen la rentabilidad por sobre las comunidades.
Específicamente en lo que corresponde a consecuencias del modelo privado de aguas son extrapolables a todo el territorio nacional, 138 comunas con decretos de escasez hídrica; 383.204 viviendas carentes de agua potable y el 80% de las cuencas del país sobre-otorgadas.
Chile se seca, y si bien, el cambio climático ha afectado las prácticas tradicionales de las comunidades, no podemos excluir el panorama general del modelo de producción basado en la transformación de bienes comunes naturales en capital financiero.
Por eso desde Mujeres Modatima decimos no más privatización y mercantilización del agua.

COVID-19: Cuando el agua escasea y las amenazas a las defensoras del agua abunda
Actualmente, la región de Valparaíso es la tercera con más contagiados por COVID-19, y la segunda con más muertes a nivel nacional, después de la región Metropolitana.
A pesar de que hace más de un año se registró el primer caso de coronavirus en el país, una de las medidas preventivas que nunca ha dejado de resonar en los discursos del gobierno, las campañas sobre prevención o entre los propios chilenos y chilenas, es lavarse las manos.
Sin embargo, Valparaíso fue catalogada como zona de catástrofe hídrica y además, cuenta con sus 7 provincias continentales con decretos de escasez hídrica. Sin duda, lavarse las manos de 20 a 30 segundos cada dos horas para prevenir la infección del COVID-19, como recomienda la OMS, es un problema, en especial en una zona donde la prioridad del uso del agua la tienen las empresas.
Un ejemplo de esto ha sucedido históricamente en la provincia de Petorca donde una hectárea de paltos puede consumir alrededor de 86.400 litros al día, mientras que la personas solo acceden a 50 litros diarios.
La institucionalidad hídrica se encuentra en desacato al no enfocar la voluntad a gestionar la calidad y continuidad de entrega de agua al pueblo. Lo que no permite que las comunidades puedan optar por su saneamiento personal, ni a un derecho tan fundamental como el agua.
En abril de año pasado, y ante la insistencia del gobierno para que las personas se lavaran las manos de 20 a 30 segundos cada dos horas para prevenir la infección del COVI-19, como recomendaba la OMS, se instó en la región de Valparaíso que quienes se abastecían de agua a través de camiones aljibes no podrían recibir una dotación menor a 100 litros a partir del 8 de abril. Sin embargo, tan solo ocho días mas tarde la resolución quedo exenta.

Hasta el día de hoy, y a pesar de que se tomaron acciones legales para que la dotación de agua fuera como mínimo 100 litros, las personas de la provincia de Petorca siguen siendo abastecidos con 50 litros al día e incluso algunas comunidades reciben 15 litros diarios por persona cada 2 días, y otros 20 litros de agua al día, los cuales deben repartir entre la comida, los quehaceres del hogar. “Nos afecta en todos nuestros días, para cocinar, para el aseo de nuestras cuerpas, de nuestra ropa, de nuestras hortalizas, de forma diaria y sistemática”, explica la cofundadora de Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví, Cristina Ruiz.
“Vivir este despojo del agua que te va matando de apoco desde el alma hasta también afectar tu propio cuerpo. Yo casi no pienso en esto pero estás preguntas me llevan a sentir inevitablemente pena, por tanto daño que nos han provocado y porque simplemente siento que a nadie le importa todo lo que nos han arrebatado, porque no fue solo el agua”, aclara Lorena.
Además, en pleno contexto de pandemia donde los camiones aljibes son los grandes abastecedores de agua de la provincia de Petorca, existen varias irregularidades que los convierten no tan solo en vectores de propagación del COVID-19 sino también de otros virus o enfermedades. Si bien, en el «Reglamento sobre condiciones sanitarias para la provisión de agua potable mediante el uso de camiones aljibes» se establecen las condiciones sanitarias que deben tener estos camiones, en muchas ocasiones no se asegura que la calidad del agua cumpla con los estándares correspondientes, en algunas ocasiones no cuentan con el distintivo oficial entregado por el gobierno o tampoco cuentan con una resolución sanitaria.
En Chile, y especialmente en la provincia de Petorca no tan solo se viola el Derecho Humano al Agua por acceso sino también por calidad. Y así es como se evidencia la máxima desigualdad en su distribución, considerada incluso en las acciones de mercado en la bolsa del Wall Street, lo que expone a nuestro país como un blanco de explotación irracional, tomando en consideración las cifras de concentración de agua, se puede deducir que “La calidad de vida se la robaron unos pocos”.
Hasta el día de hoy, y a pesar de que se tomaron acciones legales para que la dotación de agua fuera como mínimo 100 litros, las personas de la provincia de Petorca siguen siendo abastecidos con 50 litros al día e incluso algunas comunidades reciben 15 litros diarios por persona cada 2 días, y otros 20 litros de agua al día, los cuales deben repartir entre la comida, los quehaceres del hogar.


Las amenazas no escasean
La constante persecución, violencia, amedrentamiento y asesinatos que sufren quienes defienden y protegen la naturaleza en Latinoamérica la ha posicionado como la zona más peligrosa del mundo para ser activista ambiental, y en pandemia la situación no es la excepción, en especial en Chile.
Las aguas en movimiento y el activismo nace comprometiéndose a través de los territorios, como es el caso de Verónica Vilches de Mujeres Modatima, que reside en la localidad de Petorca, y es presidenta sistema de abastecimiento de Agua Potable Rural (APR) que tiene por misión abastecer de agua potable a localidades rurales, quién ha sido constantemente amenazada de muerte, como ocurrió este año en los meses de febrero y junio donde rallaron la instalación del APR “Muerte a Verónica Vilches”, o el más reciente en julio cuando incendiaron su auto a las afueras de su casa. A este amedrentamiento se suman intentos de atropellos con vehículos sin patente, drones volando encima de su casa, autos estacionados a las afueras de su residencia e incluso hostigamiento cuando realiza sus quehaceres en el APR, donde un motociclista la amenazo haciendo un gesto de que la degollaría. “Pase lo que pase nosotros siempre vamos a estar en la lucha por el agua”, expresó.
Posición similar es la que corre Lorena Donaire quien ha sido perseguida por automóviles con vidrios polarizados y sin patente, y al igual que su compañera Verónica también ha tenido autos estacionados a las afueras de su hogar. Asimismo, a lo menos en cuatro ocasiones desconocidos han entrado a su hogar en la madrugada, cuando la vocera de Mujeres Modatima se encontraba junto a sus hijos, curiosamente nunca han robado nada, aclaro para Amnistía Chile.
“Me reconozco como defensora de mi territorio y de los Derechos Humanos, y aunque este camino no ha sido fácil, porque no solo he arriesgado mi vida sino también de los que más amo que son mi familia. Creo y tengo la convicción que podemos generar cambios, tal vez nosotras no veamos nada de avance o tal vez avances mínimos, pero vale la pena seguir adelante para dejar una mejor calidad de vida a los que vienen, que sabemos que les será mucho más difícil la subsistencia, nosotras luchamos por la vida y de eso nunca podremos arrepentirnos” aclara Lorena.
Christina Ruiz de Mujeres en Resistencia, también forma parte de “Fuerza Socio-ambiental en Defensa de los Territorios”, donde ha participado de numeroso encuentros a nivel local, regional y nacional en temas de Derechos de Agua, Derechos al Medio Ambiente, a la Vida y en general en Defensa de Derechos Humanos. Como consecuencia de ello, desde el año 2018 ha sido víctima de amenazas, detención, hostigamiento y hechos de violencia, incluso en una detención Carabineros hizo que se desvistiera. A esto se suma que al inicio del estallido social en octubre de 2019 militares en diferentes ocasiones se quedaban afuera de su hogar, incluso en un momento dispararon una bomba lacrimógena al patio de su hogar.
Todo esto con el objetivo de intimidarla y hacer cesar sus reclamos ambientales, que han vulnerado su privacidad y han forzado a su familia a diferentes desplazamientos tanto internos como internacionales.
“En ese momento supe que tenía que salir de forma inmediata del país y esta vez seria de forma definitiva y lejos de América Latina ya que donde me encontrarían seria mujer muerta. Fue así como llegue a Suecia en busca de asilo político y acá me encuentro con mi hija hace más de un año y medio sin respuesta de las autoridades Suecas aun”, explica Cristina.
Sin duda, luchar por la recuperación del agua en Chile es un peligro, no obstante quienes dan esta pelea están dispuestos a seguir hasta el final para que las aguas corran libres por sus cauces, para que la prioridad de uso del agua sean las comunidades y los ecosistemas, para que la calidad y el acceso este asegurado, y sobre todo para que el agua sea considerado dentro de Chile un Derecho Humano.
Maximiliano Cortés Oyanedel
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Integrante de Disidencias Modatima.
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Relacionador Público, licenciado en Multimedios con postitulo en gestión pública.
Pamela Díaz Márquez
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Integrante de Modatima Aysén
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Integrante del Movimiento de afectados por represas latinoamericano (MAR)
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Integrante de Patagonia Sin Represas
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Guía de turismo
Lorena Donaire Cataldo
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Vocera y Fundadora de Mujeres Modatima
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Co Vocera de Mujeres en Resistencia
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Profesora Licenciada en Educación
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Diplomada en Derechos Humanos
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Diplomada en Género y políticas Feministas
Carolina Maldonado Pinto
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Coordinadora territorial de Modatima Santiago
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Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile
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Reportera de conflictos socioambientales de la Radio JGM
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Colaboradora en Tomate Rojo
Cristina Ruiz Montegro
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Diplomada en Ambiente y Sociedad
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Diplomada en Derechos Humanos
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Co-Fundadora de Mujeres de Zonas de Sacrificio en Resistencia (Muzosare)
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Vocera Nacional del Colectivo Mujeres en Resistencia.
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Exiliada Política. Pos Estallido Social.
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Activista y Gestora Cultural