Kawésqar wes qólok: Conocedores del Territorio
Por María Luisa Renchi Navarino
Comparto mi testimonio recibido de mis padres, mediante transmisión oral, ya que mis antepasados Kawésqar no usaban la escritura.
La historia del Pueblo Kawésqar tiene su origen en tiempos muy antiguos, y es recogida en relatos, creencias y costumbres. Nos la cuentan los ekúose (relatos), los eyames (tabúes), las creencias en más allá de la muerte (los lep), los testimonios de viajes por los territorios, los cantos (yektal), pero también está en el respeto que le debemos tener a nuestros padres, en los ayayema (mensajero de muerte y desastres), en los lugares funerarios a lo largo del territorio, en los distintos testimonios de vida, sufrimiento y sobrevivencia a lo largo y ancho del territorio.
Antiguamente, eran numerosos y distintos los grupos familiares que recorrían el territorio. Ellos dieron identidad y propiedad lingüística a cada sector. Nuestros antepasados fueron los primeros en llegar a los lugares que recién en este siglo los profesionales dedicados a la conservación del mar y del planeta están conociendo. Es esta historia la que quiero relatar a continuación.
Desde el sector del Golfo y mirando hacia al sur, el territorio era habitado y recorrido la mayor parte del tiempo por grupos navegantes Kawésqar que se reconocían como Sélam, de la cual soy descendiente por linaje familiar de mi padre Carlos Renchi (q.p.d), y también mi abuelo Francisco Arroyo Edén. El me ha transmitido la historia mediante su enseñanza y testimonio, al ser poseedor de una gran cultura de relatos y conocimiento del Territorio Ancestral. Actualmente mi abuelo se encuentra con su salud de cuidado.
Los ancianos del Pueblo se caracterizaban por ser la mayoría del mismo tronco familiar, compartiendo territorios y lazos comunitarios. Algunas de las islas en donde vivían y se alimentaban eran: Isla Wager, Isla Juan Stuven y Ch’ekeyonakjar conocida en español como Islote San Pedro. En esta última también eran dejados los cuerpos de los familiares fallecidos. El territorio Kawésqar prosigue bajando hacia el sur, incluyendo Faro San Pedro, Isla Wellington, Brazo Norte, Kalao, Yetarkte, Isla Solitaria, Isla Guarello, Isla Madre de Dios y todos los sectores adyacentes, que aquí no alcanzo a nombrar. Estos lugares eran habitados por otros grupos familiares Kawésqar, que se reconocían por sus respectivos nombres como Kchewite y Kerkiayena, por mencionar algunos.

Bajando más al sur, está el sector de Puerto Natales y los territorios de los canales y sectores adyacentes, en este territorio se reconocen los grupos familiares nómades Kawésqar llamados Tawokser, k’elelkches, de la cual soy descendiente por parte del linaje materno, mi madre Celia del Carmen Navarino Maiga (q.p.d), y sus parientes que en la actualidad siguen dando testimonio de vida.
Todas estas familias navegaban e interactuaban a lo largo y ancho del territorio intercambiando sus conocimientos lingüísticos, cultura, procreando descendencia, aumentando lazos familiares. Se desplazaban dentro del territorio para buscar subsistencia según las estaciones del año. Pero también tuvieron que luchar por su sobrevivencia producto del choque con otras culturas que invadían el territorio, motivadas por factores políticos y capitalismo de la época. Por ello comenzaron a asesinar familias kawésqar, incluso algunos por diversión se dedicaban días o semanas enteras a perseguir familias que divisaban en sus canoas hasta asesinarlos a todos, sin piedad por los bebés, jóvenes ni ancianos, si eran sorprendidos navegando. Los que eran perseguidos en las islas eran seguidos hasta disparar y matar a todos los adultos. Los niños que sobrevivían quedaban huérfanos, morían en el transcurso de los días, por el hambre y frio. Los jóvenes que se salvaban crecían solos en las islas.
Actualmente nosotros, los miembros del Pueblo Kawésqar, somos los descendientes de los supervivientes. Desde mi sentir, el Kawésqar Wes es el cordón umbilical, la raíz de la esencia espiritual y de la sabiduría de las familias Kawésqar; el territorio es la razón de nuestro existir, nuestras creencias, y costumbres. La reivindicación y el constante reforzamiento de nuestro lenguaje van intrínsecamente entrelazados y nos reconecta a la generación actual y la venidera constantemente con nuestros antepasados: memoria-esencia-herencia-trascendencia.
Comparto esto con sensibilidad y respeto, manteniendo la veracidad de la historia como me fue transmitida por mis padres, como la oí desde niña en el relato de los mayores, hombres y mujeres con quienes vivía e interactuaba en la comunidad kawésqar de Puerto Edén, de la cual soy originaria, y que navegué con mis padres cuando niña. Y de adulta, al compartir testimonios con los pares, con quienes experimentamos la misma historia de tragedia de nuestros familiares y antepasados.
Justicia- Juicio-Equidad

Por el respeto hacia el Territorio Ancestral Kawésqar, nuestra ALMA MATER.
KAWESQAR TAWOKSER. -SELAM. PUEBLO OS VIVO PRESENTE.