En el Día de las Asambleas Territoriales: ¡A construir dignidad desde las comunidades!
Por Asamblea Territorial Villas Unidas – Ñuñoa
Tras la consigna “¡A construir dignidad desde las comunidades!” las asambleas territoriales EMPART, Villas Los Presidentes, Villa Frei y Villas Unidas, convocaron el sábado 23 de octubre pasado a celebrar el Día de las Asambleas Territoriales. La actividad, realizada en la plaza 4 de septiembre, en la comuna de Ñuñoa, reunió a más de 300 personas en una extensa jornada que contó con diversas actividades entre las que destacaron una olla común, talleres artísticos, bloques infantiles, conversatorios, lanzamientos de libros y música en vivo.
Esperando que esta iniciativa, que busca poner en valor esta forma organizativa popular, se mantenga los próximos años -siempre una semana después del 18 de octubre- y vaya sumando voluntades y asambleas que repliquen la actividad en otros territorios, compartimos las palabras de bienvenida de nuestra asamblea, donde hacemos un balance de estos dos años de vida organizativa para estas orgánicas de democracia directa que nacimos con la revuelta de octubre:


Vecinas, vecinos, vecines de las Villas Unidas.
Compañeras, compañeros y compañeres de nuestras asambleas hermanas.
Amigas, amigos y amigues de otros territorios que nos visitan.
Les damos la bienvenida a esta celebración desde la plaza 4 de septiembre, pequeño rincón de la ciudad que se transformó en nuestro espacio de encuentro, reunión, resistencia a la represión y despliegue de nuestra cultura popular. Una plaza que defendimos de la privatización y que cuidamos como nuestra casa común, a la que les invitamos a entrar.
Hace dos años, este escenario fue el lugar donde nos reunimos por primera vez un grupo de más de cincuenta vecines, que buscábamos a un otro, a una otra con quien poder interpretar eso que estábamos viviendo: esa extraña mezcla entre miedo y rabia por la represión, mezclada con la alegría de ver cómo se removía el piso de este latifundio mercantilizado que llaman Chile y brotaba rebeldía y esperanza a raudales.
Así nació nuestra asamblea. Pero no fuimos los únicos. Simultáneamente, en diversos rincones del país, miles de personas se congregaron en parques, plazas, esquinas, colegios y juntas de vecinos formando centenares de organizaciones populares como la nuestra. No tuvimos coordinación previa, ni una vanguardia que nos dijera hacia donde avanzar. Éramos pueblo autoconvocándose y caminando juntos hacia donde la rebeldía y el diálogo colectivo nos llevara. Sin líderes, sin vanguardias, sin partidos nacimos las asambleas, y esta actividad busca ser el primer paso para ir instaurando un día que celebre y homenajee esta forma plebeya, choriza, democrática y solidaria de organizar la vida en común. El Día de las Asambleas Territoriales.

DOS AÑOS
En un abrir y cerrar de ojos, pasaron dos años. ¿Increíble, no? Y en ese transitar vivimos una revuelta popular que se mantuvo activa desde octubre del 2019 a marzo del 2020. Luego, soportamos una pandemia mundial que puso en riesgo nuestra salud y precarizó nuestra vida, y de la cual salimos adelante a puro apañe colectivo. Hoy, la pandemia retrocede y volvemos a ocupar las calles y plazas y vendrá la hora de los balances. ¿Les parece si tiramos algunas ideas sobre esto?
LO SOPORTADO
Lo primero a destacar es que dimos cara a la ofensiva represiva más importante desde la Dictadura Cívico-Militar de Pinochet. El gobierno de los empresarios nos declaró la guerra y sacó a la milicia a acribillarnos. 3.765 compañeras y compañeros fueron lesionados por la represión estatal. Entre ellos, 286 niños, niñas y adolescentes. Dentro de ese grupo, 460 personas sufrieron traumas oculares, y 35 perdieron la visión. 951 personas fueron torturadas y 195 sufrieron violencia sexual y violación por parte de agentes del Estado (y solo contamos a quienes interpusieron una querella por ello).
Solo entre Octubre y Diciembre del 2019, murieron 38 personas en contextos de protesta y represión policial. En solo esos tres meses, Carabineros nos disparó 1.815.456 perdigones, 4.550 proyectiles 9 milímetros y 1.316 proyectiles 38 milímetros.
Y eso es solo la punta del iceberg. Sabemos que eso es solo la información recopilada oficialmente y que si exploramos en cada uno de nuestros territorios, tenemos centenares de historias dolorosas que contar.
Pero dimos cara.
Y las asambleas fueron la primera línea de la defensa de nuestros territorios en esa guerra que nos declaró el gobierno empresarial. Fuimos contención, resguardo y seguridad en cada protesta. Defendimos a los nuestros y soplamos nuestras heridas. Resumiendo: resistimos. Y debemos sentirnos orgullosas y orgullosos que el fascismo, por acá, no pasó.
LO GANADO
Los escenarios electorales y sus tiempos acotados de votaciones y campañas nos marearon y quitaron fuerzas. Aprobamos y no soltamos la calle, pero nuestros votos alimentaron el ego de la clase política -la vieja y la nueva- que cada día se aleja más del mandato original que tenían: ser mandados por las bases, no representantes que usurpan nuestra voz y nuestra fuerza.
Pero nuestra memoria nos dice que los cantos de sirena de supuestas alegrías que llegarán son solo ilusiones si no hay pueblos organizados que hagan carne esa nueva realidad. Y, aunque la desesperanza a veces inunda nuestra cotidianidad al ver cosas como el avance de Kast o el “noeslaformismo” de Boric, hay un acumulado en estos dos años que es tierra fértil sobre la cual pueden brotar otros mundos.
Primero, acumulamos experiencias: sin derivas ni caminos claros, supimos organizarnos para ir construyéndolos colectivamente. No hay forma de aprender a construir una nueva realidad que no sea construyéndola. Aprendiendo precisamente de los aciertos y de los errores. Y ese aprendizaje quedará en nuestra porfiada memoria popular para brotar cuando sea necesario.
Segundo, acumulamos pueblo. ¿Cómo no alegrarse al ver que ahora construimos comunidad, que tejimos redes de amor, de apoyo y de cuidado colectivo con vecinas y vecinos que, antes de la revuelta, no pasaban de conocidos? Acumulamos vínculos, amistades y amores y créannos que, sin eso, no hay revolución posible. Y, aunque nos escuche decir a menudo “aún no ganamos nada”, sepa que igual en nuestro fuero interno, sabemos que ya ganamos algo: ganamos una comunidad, nos ganamos a nosotras y nosotros mismos, rescatándonos de la monotonía depresiva en que nos tenía el oasis neoliberal de Piñera.
Pero nuestra memoria nos dice que los cantos de sirena de supuestas alegrías que llegarán son solo ilusiones si no hay pueblos organizados que hagan carne esa nueva realidad.

LO QUE VIENE
Las asambleas territoriales somos parte de la rearticulación de organizaciones de base que era débil previo a la revuelta, pero que hoy gana confianza, saberes y experiencia. Somos expresión del avance en la conciencia política popular que cada día afina más la puntería, generando la desesperación fascista y liberal. Somos organizaciones resistentes que soportaron una guerra y una pandemia y aunque están golpeadas, somos como juncos que, como dice la canción, se doblan pero siguen en pie. Somos casas de puertas abiertas que le recibirán con cariño si se anima a dar el paso de saltar de una vida entre cuatro paredes a una vida comunitaria. Atrévase, súmese, que esto se trata, ni más ni menos, de construir una vida digna y créanos que, para eso, se necesitan todas las manos.
23 de octubre: Día de las asambleas territoriales. Con el ejemplo de octubre, les invitamos a construir una vida digna desde las comunidades.

Asamblea Territorial Villas Unidas – Ñuñoa
Organización territorial surgida a pocos días de iniciada la revuelta popular de octubre de 2019, integrada por vecinas y vecinos de los sectores de Villa Alemana, México, Yugoslavia, Real Grecia, Lo Valdivieso Norte y Sur. Contacto: asambleacabildogrecia@gmail.com. Facebook: Asamblea Territorial Villas Unidas – Ñuñoa. Instagram: @asambleavillasunidas
