Barricada Sonora: catarsis sonora colectiva en el corazón de la revuelta (Entrevista)
Conversamos con Raúl Díaz Ojeda (primera foto). Músico, compositor, improvisador e investigador sonoro. Intérprete de batería y bajo eléctrico, y uno de los primeros convocantes y participantes de Barricada Sonora.

¿Cómo y por qué surgió la idea de crear barricada sonora? ¿Por qué esta forma de expresión y no otra?
El título Barricada Sonora surge de la conjunción de dos conceptos: la barricada como objeto simbólico, estético, político e histórico de las revueltas y lo sonoro, que es recogido del llamado “arte sonoro”, con la idea de transfigurar la barricada de lo visual a lo sonoro a través de esta acción.
La Barricada Sonora no nace como un proyecto artístico muy razonado, más bien fue una idea repentina que a posteriori se transformó en un dispositivo artístico. Nació como una partitura mínima con muy pocas instrucciones. En plena revuelta social, unos amigos saxofonistas fueron a las inmediaciones de la plaza Dignidad a improvisar furiosamente. Inmediatamente se me ocurrió hacer lo mismo, pero de forma más masiva y diversa, organológicamente hablando. Es así como la idea toma forma de pregunta/convocatoria a través de la red social Facebook. La semana siguiente, posteé una pregunta que iba dirigida a un indeterminado número de personas amigas de la vida musical por años, una especie de “tribu dispersa”. La pregunta era si les gustaría formar parte de una especie de “Big Band noise” callejera para improvisar música bajo el monumento a Manuel Rodríguez a modo de manifestación, bajo la denominación de “Barricada Sonora” a determinada hora, por dos horas y con cualquier instrumento. La verdad es que muchos músicos (chicas y chicos) venidos en su mayoría de las distintas escenas más experimentales del underground de Santiago, se tomaron con mucho entusiasmo la idea y fueron respondiendo afirmativamente al posteo. Podríamos decir nuevamente: “cabros, esto no prendió”. Al debut de la Barricada, que finalmente se reunió en la pileta de la biblioteca del Parque Bustamante, asistieron más de 40 músicxs quienes con bravura, prestancia, valentía y sin decirnos una sola palabra, y a la hora convenida, comenzó a sonar en forma resuelta y con convicción. Al parecer, todo aquel que llegó, tenía claro que el concepto era improvisar en forma “libre”, es decir, libres de preorganizaciones. Acá se trataba de sonar en el espacio revoltoso (lleno de sonido, por cierto) y aportar a ese hermoso caos con más caos. No había más instrucciones que la acción sonora individual con el fin de aportar al total con el instrumento escogido para la ocasión. Así llegaron desde instrumentos tradicionales locales, pasando por vientos, percusiones, desechos y hasta experimentos electrónicos portables. Cabe mencionar que mucha gente que pasaba, sin conocer la convocatoria, se sumaba con instrumentos que traía o con artefactos que encontraban en los alrededores.
En la refriega misma, las situaciones de represión (arrancar de lxs pacxs) hacía que la Barricada se volviera nómade, junto con las masas, yendo y viniendo, muchas veces en segunda línea, sonando sin parar, como si de músicos de guerra se tratara.
Así estuvimos viernes tras viernes hasta la pandemia, pero se fueron incluyendo mientras tanto, elementos visuales (simbología y ropas para la ocasión), porque llegó gente con ese tipo de intereses. La pandemia hizo que un grupo menor al inicial siguiera vía zoom los encuentros sonoros. Hoy, ese grupo continúa con la Barricada, sé que se juntan más allá de los viernes en la plaza, sé que se están pensando un poquito más, pero insisten hermosamente en asistir cada viernes que sea posible con otras formas de sonar y actuar.

¿cómo describirías este arte, qué lo distingue como forma de expresión social o política?
Lo describo como un acto único, colectivo y espontáneo de un grupo de personas con intereses afines, siendo justamente estos atributos lo que lo distingue de cualquier otro arte más racionalizado. Justamente gracias a sus pocas instrucciones, este tipo de forma de enfrentar lo artístico permite un experienciar lo colectivo de forma poco racionalizada.
¿qué es lo que más aprecias o valoras de este tipo de arte? ¿cuál es el sentido que tiene?
Lo colectivo, lo tribal, lo ritual que podría volverse esta experiencia. El volver en cierto modo a formas (como fenómeno) premodernas de arte. Catarsis, la verdad. Y hacerlo en el contexto de revuelta para mi tomó muchísimo más sentido social que la solo juntada “artistoide” con tres amigos más por ahí, borrachos. Siendo eso hermoso también, por cierto.

¿Qué ha sido lo más difícil dentro de la práctica? ¿cuáles han sido los conflictos, desafíos, obstáculos?
Es una buena pregunta, pero mira, yo me salí de la Barricada hace un tiempo, por lo que vi hasta donde estuve se me hace difícil responder la pregunta, ya que nunca alcanzamos a tener problemas de ningún tipo en lo interno ni lo externo.
¿Qué rol consideras que tiene el freejazzrock en la cultura, y la barricada sonora en la sociedad? ¿correspondería enmarcarla como una expresión contracultural?
Como expresión contracultural me parece que sí, por extensión digo, dado que los referentes históricos lo son en gran medida. Este tipo de expresiones -fluxus, rock y jazz de vanguardia, etc- nacidas en los EEUU y Europa llegaron relativamente hace poco al país, por lo tanto, son casi vírgenes en lo relativo a su rebeldía, que ocuparon lugares muy underground sin mayores repercusiones masivas. Pero me gustaría recalcar lo hermoso que fue ver todo esto en plena revuelta.

¿Cómo son recepcionados, cuáles son las críticas o cuestionamientos que recibe barricada sonora y el freejazzrock?
Que yo sepa, ninguna crítica, al revés, muchas personas y organizaciones dedicadas a recopilar las distintas expresiones de la revuelta nos buscaban para preguntarnos de que se trataba nuestra barricada. Entiendo que eso sigue y hay planes de salir de Santiago, incluso de llevar la Barricada a otros conflictos territoriales. Ahora, pienso que el concepto freejazzrock para la Barricada fue superado por largo en el sentido del qué y el cómo usar el material sonoro. Así que yo dejaría de usarlo.
¿Cuáles son los contenidos que priman o qué mensajes se busca entregar a través de barricada sonora?
Realzar lo colectivo, de poder actuar coherentemente con una partitura mínima, de entregarnos con actitud abierta al resultado.

Raúl Díaz Ojeda
Músico, investigador sonoro y compositor experimental. Miembro de muchas bandas de diversos estilos, dentro de lo que destacan su rol de baterista en el mítico grupo ‘Solteronas en Escabeche’, bajista en ‘Combo Ginebra’, así como su participación en el proyecto LAKUT y Carolina Holpzapfel trío.