Acompañando desde Chile las resistencias de las feministas palestinas
Por Nadia Silhi Chain
En diciembre de 2019, en el contexto de la revuelta social que comenzó en Chile en octubre del mismo año, un grupo de jóvenes chilenas de origen palestino se congregaron afuera de la Embajada local de Israel en Santiago para interpretar el célebre flashmob “Un violador en tu camino”, del colectivo Las tesis, en árabe. Vestidas de negro, se manifestaron en solidaridad con las mujeres palestinas, que -declaraban- son oprimidas por partida doble: el patriarcado y el régimen israelí.
De esta manera, las jóvenes se hicieron eco del mensaje que mujeres palestinas habían enviado una vez más a la propia sociedad palestina, y al mundo, agrupadas en el movimiento Tali´at (en castellano, se traduciría como “salimos”) con una importante movilización aproximadamente dos meses y medio antes: las mujeres palestinas están unidas en la lucha anticolonial contra el apartheid israelí y, a la vez, contra el patriarcado. Lo más simbólico de esta movilización, a mi juicio, es que convoca a hacer parte de ella a mujeres palestinas de los territorios ocupados ilegalmente por Israel en 1967 (es decir, Cisjordania, incluyendo Jerusalén oriental, y Gaza), Palestina del ´48 (el 78% de la Palestina histórica sobre la cual se constituyó el Estado de Israel en 1948) y las refugiadas en el exilio (mujeres palestinas desplazadas fuera de las fronteras de Palestina histórica como consecuencia de la limpieza étnica de Palestina).

Así, si bien el Estado de Israel ha sometido a un apartheid al pueblo palestino sometiéndolo a cinco estatutos jurídicos diferenciados, separándolo entre sí no solo geográficamente sino también en Derecho, y teniendo todos los grupos en común el hecho de estar en desventaja en relación a la población judía -la que ostenta los privilegios respecto de la tierra palestina siguiendo la ley interna israelí-, movimientos como el Tali´at desafían esa separación que comenzó con el despojo de los palestinos de su patria, uniendo a las mujeres palestinas detrás de un objetivo común. Por supuesto que las mujeres palestinas, así como las demás mujeres árabes, no están solo trascendidas por las violencias del colonialismo y del patriarcado, sino también por las del racismo, capitalismo, etc.
Si una sigue la historia de la Palestina contemporánea, se observa cómo las mujeres palestinas se han hecho parte de ella en roles protagónicos. Protestaron contra el Mandato británico sobre su país y se organizaron para tomar parte en la resistencia a la colonización del mismo. En 1929 tuvo lugar de hecho el Primer Congreso Palestino de Mujeres Árabes, donde se creó la Asociación de Mujeres Árabes. Las palestinas en esta época, lo mismo que las egipcias, iraquíes, sirias y libanesas, se organizaron en sus países y entre ellas para participar de la lucha anticolonial contra las potencias extranjeras en conjunto con los hombres. Su lucha era entonces doble: contra el colonialismo y, al mismo tiempo, por estar en igualdad de condiciones con los hombres en sus sociedades. Estos movimientos de mujeres en el Mundo Árabe de comienzos del siglo XX eran predominantemente laicos y su objetivo principal era estar en los espacios públicos. En principio, tener derechos políticos y acceso a la educación.

A diferencia, sin embargo, de sus hermanas árabes, las mujeres palestinas al día de hoy no tienen un Estado propio. Tras la Nakba (expulsión masiva de la población nativa de Palestina para constituir allí un Estado de mayoría judía, Israel), el pueblo palestino fue convertido en refugiado en las fronteras de su patria. En el exilio conformaron la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), en cuyo seno se conformó la Unión General de Mujeres Palestinas. Dentro de la OLP, las mujeres estuvieron implicadas no solo en roles políticos, sino también militares, como es el caso de la icónica militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Leyla Khaled, cuya imagen como protagonista de la operación de Dawson´s Fields, siendo la primera mujer que secuestraba un avión, dio la vuelta al mundo.
Las mujeres palestinas hicieron parte activa de la resistencia durante la primera intifada en 1987 y, al día de hoy, siguen cotidianamente enfrentando las condiciones de existencia más duras. Estudiando, trabajando, cuidando de sus familias en los campamentos de refugiados, en la bloqueada Gaza, entre los bantustanes en que han convertido a Cisjordania, con miedo permanente de ser expulsadas de Jerusalén, o en tanto ciudadanas discriminadas directa e indirectamente de todas las formas posibles en Israel. Las mujeres chilenas de origen palestino han acompañado históricamente estas resistencias y, más aún, en la actualidad solidarizan con sus hermanas palestinas no solo como descendientes de palestinas sino también como feministas.
Nadia Silhi Chahin
Abogada, Máster en Derechos Humanos e investigadora de Doctorado en Derecho.